2 resultados para AISLAMIENTO

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ENGLISH: The spawning of yellowfin tuna (Thunnus albacares) in the eastern Pacific Ocean was examined to ascertain the existence of separate subpopulations within this area. Investigations of biochemical genetics of yellowfin indicate that there are a number of genetically distinct groups in the eastern Pacific. In addition, yellowfin belong to two recruitment cohorts, X and Y, which are composed of a mixture of these genetically different groups. Spawning data were collected from 1956 through 1961 from the coastal fishing grounds, and from 1970 through 1973 from the offshore fishing areas. Temporal and spatial aspects of spawning of the fish of the two cohorts were analyzed to determine if yellowfin spawning behavior supports the existence of genetically separate subpopulations. Spawning condition was inferred from the maturity of the ovaries. It was found that the coastal fish of each cohort exhibit at least two spawning periods per year which vary in length and time of occurrence from year to year. Fish taken from the offshore fishing grounds did not exhibit this variable spawning pattern. Although samples were not available for all months, the data showed that each cohort has a spawning period of at least 7 months and may spawn year around. Samples from offshore areas also had much higher percentages of spawners than those from the coastal areas. Temporal differences in spawning are not maintaining the genetically separate groups found in the fishery, since fish of both recruitment cohorts spawn at the same time. Also, fish of both the X and Y cohorts spawned in all areas examined; however, these data are insufficient to determine whether spatial isolation of spawning groups is occurring within the areas. SPANISH: Se examinó el desove del atún aleta amarilla (Thunnus albacares) en el Océano Pacífico oriental para averiguar la existencia de subpoblaciones separadas en esta zona. La investigación genética bioquímica del aleta amarilla indica que existen varios grupos genéticamente distintos en el Pacífico oriental. Además, el aleta amarilla pertenece a dos cohortes de reclutamiento X e Y, formadas por una mezcla de estos grupos genéticamente diferentes. Los datos del desove fueron obtenidos de 1956 a 1961, en las regiones neríticas de pesca y desde 1970 a 1973, en las áreas oceánicas de pesca. Se analizaron los aspectos temporales y espaciales del desove de los peces de las dos cohortes, para determinar si el comportamiento reproductor del aleta amarilla, apoya la existencia de subpoblaciones genéticamente diferentes. Se derivó la condición del desove según la madurez de los ovarios. Se encontró que los peces costeros de cada cohorte exhibían por lo menos dos períodos anuales de desove que varían en duración y fecha de ocurrencia de un año a otro. Los peces capturados en las regiones oceánicas de pesca no exhibieron este patrón variable de desove. Aunque o se consiguieron muestras en todos los meses, los datos indican que cada cohorte tiene un período de desove por lo menos de 7 meses y puede que desoven durante todo el año. Las muestras de las regiones oceánicas tuvieron porcentajes mucho mayores de reproductores que los de las zonas neríticas. Las diferencias temporales en el desove no sirven para explicar la presencia de grupos genéticamente separados que se encuentran en la pesca, ya que los peces de ambas cohortes de reclutamiento desovan al mismo tiempo. Además, los peces de ambas cohortes (X e Y) desovan en todas las zonas examinadas; sin embargo, estos datos no son suficientes para determinar si el aislamiento de los grupos de desove ocurre en las zonas. (PDF contains 53 pages.)

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La situación de las ciencias del mar en la Argentina se puede caracterizar como una de ‘excelencia en aislamiento’. El tema dominante de las discusiones mantenidas por el comité que preparó este informe fue la virtual inexistencia de coordinación entre programas de investigación, equipo para realizar tareas de campo y personal científico y de apoyo en las instituciones. La coordinación que existe ocurre gracias a enormes esfuerzos individuales y a relaciones personales. Si bien en muchos lugares hay investigadores destacados y entusiastas, casi todos sufren de aislamiento físico, mínima financiación y la necesidad de prestar servicios por contrato para llevar adelante su trabajo. Además, como suelen carecer de interacción científica con colegas, les resulta muy difícil diseñar programas con una perspectiva amplia del ecosistema. Muchos laboratorios padecen de problemas estructurales, en especial la carencia de equipamiento moderno y destrezas actualizadas. Muy pocos reúnen una masa crítica de investigadores, y aun aquellos que congregan a muchos científicos no parecen practicar la coordinación entre proyectos ni usan mecanismos que faciliten una interacción constructiva. No se advierten programas que utilicen técnicas moleculares más allá de un nivel superficial. No hay bibliotecas adecuadas, por lo que es poco realista que las autoridades institucionales pretendan que resulten publicaciones de alto vuelo y de circulación internacional. Las mejores instituciones se encuentran diseminadas entre Ushuaia y Buenos Aires, pero hay escasas reuniones nacionales en las que establecer contactos, intercambiar ideas y diseñar colaboraciones. Con una excepción, no hay buques oceanográficos disponibles para investigar y las embarcaciones menores son pocas, lo que impide realizar estudios sobre la plataforma e incluso cercanos a la costa. Algunos de los mejores grupos han concentrado su actividad en el área costera, lo que limita seriamente el alcance de sus investigaciones. El comité formuló algunas recomendaciones, detalladas al final del informe, que permitirían comenzar a atacar estas carencias. Una necesidad fundamental sería un plan oceanográfico nacional que reconozca la magnitud de la plataforma argentina, la importancia de las ciencias del mar y la escala de los problemas que encaran sus disciplinas. Un elemento crítico de tal plan sería la necesidad de apoyar amplios estudios integradores, para comprender cómo peces y mamíferos marinos utilizan la productividad del Mar Argentino, desde la costa hasta más allá del borde de la plataforma. El plan también debería encarar la financiación unificada y el uso compartido de embarcaciones y equipo de alto costo. Por último, debería asegurar recursos para apoyar a estudiantes y, más importante aún, promover la creación de oportunidades laborales para graduados, lo que contribuiría a solucionar el problema de la fuga de cerebros que al presente acosa a estas disciplinas. Las recomendaciones contenidas en este informe acerca de reflexionar y reorganizar la infraestructura científica en el más alto nivel gubernamental no podrán encontrar aplicación sin que haya coordinación y comunicación entre la comunidad de científicos del mar en la Argentina. Las ciencias marinas necesitan unificar su discurso para explicar la importancia del ambiente oceánico y sus recursos para la nación, y para presentar recomendaciones en orden de prioridad para el futuro.